- El proyecto, ejecutado por la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP), considera la instalación de cierres perimetrales para el resguardo de flora e información ambiental.
4.410 m2 de dunas, en distintos sectores del borde costero de La Serena y Coquimbo, serán resguardados e identificados para preservar y poner en valor este tipo de ecosistemas. La medida pretende protegerlas y fomentar su cuidado, considerando que las dunas y la vegetación asociada a ésta ocupan apenas el 5% de los 4.200 km de costa chilena.
De hecho, las plantas que crecen en las dunas son clave dentro de estos ecosistemas para mantener la arena que es acarreada por el viento, manteniéndola fija en el lugar. Sin embargo, las acciones humanas -sobre todo en época de verano- origina la pérdida de esos frágiles lugares.
«Las dunas marcan un hito para proteger todo el borde costero que le da sustento a la actividad turística de sol y playa, y también de cuidado al medio ambiente, que es uno de los ejes de trabajo», dice Manuel Schneider, gerente de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP), organismo encargado del proyecto. Schneider agrega que este hito es el puntapié y una invitación a que otras empresas puedan colaborar en nuevas etapas, puesto que la idea final es intervenir seis kilómetros, desde el Faro de la Serena a la caleta de Pescadores (Peñuelas).
Pero la CRDP no trabajó sola. La iniciativa fue apoyada por el Gobierno Regional, los municipios de La Serena y Coquimbo y la Gobernación Marítima. Y desde el ámbito privado se sumaron la Agrupación Barrio del Mar, Celta, inmobiliaria EcoVista, y la ONG Olas Limpias.
En el borde Costero, la agrupación Barrio del Mar tiene apostados 18 recintos comerciales, entre restaurantes, pubs y discotecas. Su gerente, María Antonieta Zúñiga, plantea que estas «pequeñas acciones ayudan a hacer sostenible todo este espacio costero, resguardando estos tapetes vegetativos que sirven para contrarrestar la erosión costera».
En esa línea, Andrés Eing, director de la ONG Olas Limpias y gerente Técnico de Inmobiliaria Ecovista, detalla que la iniciativa contribuye a la protección de la flora como una forma de solución sistémica al problema de la erosión. «La idea es que este modelo se replique a mayor escala y hacer un ordenamiento del borde costero que está muy sometido a presiones propias de la actividad comercial», subraya.
Finalmente, el diseñador y representante de la planta Celta en Coquimbo, Jaime Araya, sostiene que esta ayuda marca «una relación social importante en la comuna, y a tener más presente el cuidado del medio ambiente.
Ejecución y Valor ecológico
Inicialmente, se intervendrán tres sectores, entre El Faro y Peñuelas, en los que se instalarán cierres perimetrales de baja altura, construidos con materiales de bajo impacto ambiental y paisajístico. También, se colocarán paneles informativos, de forma que los visitantes puedan entender la importancia de los sistemas de dunas y la biodiversidad asociada que en ellas se desarrolla.
El doctor y académico de la Universidad Católica del Norte, Wolfgang Stotz, explica que la vegetación existente en las dunas concentra la arena, generando un reservorio de este material que evita el deterioro de las playas, por ejemplo, ante casos de eventos naturales como una marejada.
Precisa que entre las distintas plantas existentes también están asociados insectos y aves. “Cuando transita la gente y pasan vehículos destruyen lo que a la naturaleza le costó un año o más generar”, sentencia.