Los pescadores de la caleta Maitencillo, en la comuna de Canela, cumplieron uno de sus mayores anhelos: contar con una planta desalinizadora que les entregue agua potable de modo permanente.
Así, la Región de Coquimbo está sumando un total de doce instalaciones de este tipo financiadas con fondos públicos durante los últimos años. Siete de ellas ya están operativas: Totoralillo Norte, Talcaruca, Sierra, Río Limarí, El Sauce, Chigualoco y Maitencillo. Otras cinco, en tanto, se encuentran en proceso de construcción o con fondos ya asignados: Totoralillo Centro, El Apolillado, Talquilla, Huentelauquén y Puerto Oscuro.
La entrega de la desaladora a los pescadores de Maitencillo se concretó hoy durante una visita del Subsecretario de Pesca y Acuicultura, Román Zelaya, quien destacó el modo en que la obra cambiará la vida en esa caleta rural de la Provincia del Choapa.
Acudió también el Gobernador de la Provincia de Choapa, Juan Pablo Gálvez, junto al seremi de Economía, Carlos Lillo; el director zonal de Subpesca, Juan Carlos Fritis; la directora regional de Sernapesca, Cecilia Solís, y un representante del Consejo Regional (Core), Cristián Rondanelli.
«Esta desaladora implica un punto de inflexión; un antes y un después. El acceso al agua no es solo una palanca de recuperación y desarrollo en una caleta, especialmente en un momento complejo como el que vive hoy el sector artesanal, debido a la pandemia. Constituye también una cuestión de dignidad para los pescadores y sus familias”,enfatizó el Subsecretario.
“Acá no había nada. Ahora hay una caleta construida, una planta desaladora y hace poco se entregó un camión. Estamos muy contentos con lo que se ha logrado. Con agua potable, ellos pueden optar a nuevos emprendimientos turísticos y gastronómicos”, planteó, en tanto, el Gobernador Gálvez.
La desaladora de Maitencillo producirá un mínimo de ocho mil litros diarios de agua potable. Hoy, la caleta depende de camiones aljibe para afrontar la escasez hídrica, problema que se agudiza en los veranos.
“Estamos muy agradecidos. Esta planta desaladora de agua nos va a cambiar la vida en la caleta. El agua es vital para los seres humanos”, sintetizó uno de los dirigentes de Maitencillo, Eduardo Oyarzún.
“Ahora podemos traer a nuestras familias. Es lo mejor que nos ha pasado”, coincidió su colega Herjan Torreblanca.
En el plano productivo, gracias a la desaladora, los socios de la organización artesanal de Maitencillo podrán proyectar su trabajo, asociado a la extracción de algas y otros recursos desde el espacio marítimo que tienen a su cargo (área de manejo): locos y lapas, entre otros.
En la caleta tienen, además, la convicción de que un acceso seguro permanente al agua potable les permitirá avanzar en uno de sus mayores proyectos: diversificar sus actividades tradicionales hacia el turismo.
A juicio del director zonal Fritis, “es un orgullo como gobierno estar materializando este importante proyecto para los pescadores de caleta Maitencillo, ya que esta planta de osmosis financiada por Indespa va a entregar un mínimo de ocho mil litros diarios, que serán destinados para sus actividades productivas”. La autoridad zonal agregó que “esto es un gran proyecto que beneficia a nuestras caletas rurales con un insumo tan necesario como lo es el agua potable, elemento base para el cumplimiento de sus objetivos”.
El consejero Rondanelli, en tanto, está igualmente convencido de que la planta de agua potenciará el desarrollo de la caleta: “Esto es tremendamente relevante. Tenemos una obra concreta. Es un sueño cumplido. Estas plantas generan impacto económico y fomento productivo: hoy la caleta Maitencillo van a poder hacer turismo”.
Estas desaladoras captan agua del mar y la convierten en apta para el consumo humano, tras someterla a un proceso de tratamiento y filtrado (osmosis inversa). Su funcionamiento es, además, amigable con el medioambiente, pues se alimentan con energía eléctrica proveniente de paneles solares.
En los últimos cuatro años, el Estado ha levantado o entregado fondos para dotar de plantas de osmosis inversa a treinta caletas de siete regiones: Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Biobío y Los Lagos.
En conjunto, estas instalaciones producirán, como mínimo, un promedio de 190 mil litros diarios de agua potable. La inversión pública asociada a estas obras asciende a un total aproximado de $2.500 millones de pesos.